Ciudad de México / San Salvador – 11 de julio de 2025.
Un nuevo roce diplomático se ha generado entre México y El Salvador tras la incautación de una avioneta con 427 kilogramos de cocaína en el municipio de Tecomán, estado de Colima, el pasado 3 de julio. Mientras las autoridades mexicanas aseguran que la aeronave despegó desde territorio salvadoreño, el presidente Nayib Bukele califica esa versión como “falsa” y exige una rectificación inmediata.
La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) de México, a través de su titular Omar García Harfuch, afirmó que el Centro Nacional de Vigilancia y Protección del Espacio Aéreo (Cenavi) detectó una “traza de interés” a las 13:00 horas a 200 kilómetros al sur, a la altura de San Salvador, como consta en los registros gráficos de seguimiento. A partir de esa señal, se activó un operativo con aeronaves militares para interceptar el vuelo, que finalmente aterrizó en una pista clandestina en Colima.
Durante la operación, agentes de la Guardia Nacional y la Secretaría de la Defensa Nacional detuvieron a tres mexicanos y aseguraron tanto la droga como la avioneta. Harfuch enfatizó que “estas acciones muestran el compromiso del Gobierno de México para combatir a la delincuencia organizada” y, a pesar de la controversia, expresó su “respeto y aprecio al pueblo de El Salvador”.
Sin embargo, el presidente salvadoreño Nayib Bukele rechazó tajantemente la versión oficial mexicana. A través de su cuenta en X (antes Twitter), afirmó que la aeronave jamás sobrevoló territorio salvadoreño y que fue Costa Rica quien alertó sobre una traza sospechosa al noroeste de su espacio aéreo. Según Bukele, el vuelo fue detectado saliendo hacia el Pacífico, sin haber ingresado a El Salvador.
“El informe de JIATFS Key West (EE. UU.), organismo que monitorea el tráfico aéreo ilícito en la región, es claro: la avioneta nunca tocó suelo salvadoreño”, puntualizó Bukele.
La disputa ha generado inquietud en la región, ya que pone de relieve las diferencias en los sistemas de monitoreo aéreo entre países centroamericanos y México, y abre un nuevo frente de tensión diplomática en el contexto del combate al narcotráfico regional.