Miami, 09 de septiembre de 2025. – Entre súplicas y lágrimas, decenas de migrantes hondureños y nicaragüenses en Estados Unidos pidieron “clemencia” al presidente Donald Trump tras la expiración del Estatus de Protección Temporal (TPS), que durante más de 25 años les permitió vivir y trabajar legalmente en el país norteamericano.
“Le pedimos, por favor, que a los que estamos acá adentro nos dé un estatus temporal. Lo pedimos con clemencia, de corazón, que no olvide que hemos trabajado, que hemos aportado”, declaró a la agencia EFE la hondureña Iris Aguilar, residente en Miami.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) justificó el fin de la medida al señalar que las condiciones en Honduras y Nicaragua han mejorado desde 1999, año en que se otorgó el beneficio tras la devastación provocada por el huracán Mitch, que dejó más de 11.000 muertos en Centroamérica.
Sin embargo, los migrantes replicaron que la realidad en sus países es aún más dura. “En Nicaragua hay una dictadura y en Honduras los gobiernos se volvieron cómplices del crimen organizado. Decir que son países seguros es un error”, advirtió Lesly Mejía, otra de las afectadas.
El vencimiento del TPS golpea con fuerza en Florida, donde reside uno de cada tres de los más de un millón de beneficiarios en EE. UU. Solo en este estado, más de 55.000 hondureños perderán su protección frente a la deportación.
La presidenta hondureña Xiomara Castro respaldó la posición de Washington al asegurar que Honduras ofrece condiciones para el retorno de sus ciudadanos, postura que generó indignación entre la comunidad migrante, que denunció sentirse abandonada por su propio gobierno.
La situación no solo amenaza la estabilidad de las familias en Estados Unidos, sino también la economía hondureña: el 27 % del PIB depende de las remesas, recordó Juan Flores, presidente de la Fundación 15 de Septiembre. Una ola de deportaciones podría agravar la pobreza y el desempleo en el país centroamericano.
En la Pequeña Habana de Miami, migrantes reunidos advirtieron sobre una “tragedia humana” en ciernes: la pérdida de seguro médico, licencias y permisos de trabajo, lo que los deja expuestos a la deportación y a la vulnerabilidad total tras más de dos décadas de vida legal en EE. UU.