La guerra en Gaza volvió a escalar este domingo tras la declaración del ala militar de Hamas, que informó haber perdido contacto con dos rehenes israelíes retenidos en la ciudad. El grupo pidió a Israel retirar sus tropas de los distritos de Sabra y Tel Al-Hawa y suspender las operaciones aéreas durante 24 horas para poder recuperar a los cautivos. La solicitud, que no recibió respuesta directa, pone aún más presión sobre el gobierno de Benjamin Netanyahu en vísperas de su reunión con el presidente estadounidense, Donald Trump.
Israel continúa su ofensiva terrestre en Gaza, una operación que ha devastado barrios enteros y desplazado a cientos de miles de personas hacia campamentos improvisados. El ejército aseguró que no detendrá sus avances y advirtió a la población civil en áreas del centro de la ciudad que evacúe de inmediato, anticipando nuevos ataques.
En las últimas 24 horas, las fuerzas israelíes intensificaron los bombardeos, alcanzando más de un centenar de objetivos considerados de Hamas. Testimonios de residentes y médicos en Gaza señalaron que los tanques avanzan hacia zonas densamente pobladas, mientras que hospitales y servicios de emergencia denuncian que no logran atender el creciente número de heridos.
El Ministerio de Salud de Gaza reportó al menos 77 muertes por fuego israelí en un solo día, mientras que el Servicio de Emergencia Civil denunció que Israel bloqueó decenas de solicitudes humanitarias para evacuar a heridos atrapados entre los combates. La situación humanitaria se deteriora rápidamente, con más de dos millones de habitantes bajo condiciones extremas.
Las familias de los rehenes israelíes, cuya identidad no ha sido revelada a pedido de sus allegados, mantienen en vilo a la sociedad israelí, donde la cuestión de los cautivos sigue siendo uno de los puntos más sensibles de la guerra. Netanyahu insiste en que la única salida es la rendición de Hamas, mientras que la organización armada afirma que no depodrá las armas mientras los palestinos no tengan un Estado.
Desde el inicio del conflicto en 2023, cuando Hamas lanzó un ataque en territorio israelí que dejó alrededor de 1.200 muertos y más de 200 secuestrados, la cifra de víctimas ha aumentado de manera dramática. Según autoridades médicas en Gaza, más de 66.000 personas han perdido la vida en estos casi dos años de hostilidades.
Mientras tanto, la comunidad internacional presiona por un alto el fuego y un acuerdo político. El propio Trump aseguró recientemente que un pacto sobre Gaza parecía cercano, aunque los últimos acontecimientos muestran un panorama incierto. Las operaciones militares israelíes buscan, según Tel Aviv, acabar con Hamas como fuerza gobernante, reduciéndolo a un movimiento insurgente sin capacidad de control territorial.
El futuro inmediato de Gaza se mantiene en suspenso entre la intensificación de los combates, la tragedia humanitaria y las crecientes dudas sobre el destino de los rehenes. La guerra se encuentra en un punto crítico donde la ofensiva militar y la presión diplomática se cruzan en un escenario cargado de consecuencias regionales y globales.