Israel lanzó hoy una serie de ataques aéreos contra el puerto de Hodeidah, en la costa del Mar Rojo controlada por los hutíes, que según diversos reportes alcanzaron infraestructuras en los muelles del recinto portuario. Las autoridades militares israelíes definieron los blancos como “infraestructura militar” utilizada por los hutíes para el traslado de material bélico; testigos locales hablaron de explosiones e incendios en las áreas atacadas.
Medios locales vinculados a los hutíes y reportes sobre el terreno señalan que fueron 12 ataques que impactaron, al menos, tres embarcaderos o muelles que habían sido restaurados luego de ataques anteriores; residentes describieron una ráfaga de bombardeos de corta duración y columnas de humo sobre la zona portuaria. En reposiciones oficiales, el Ejército israelí aseguró que emitió avisos para que civiles evacuaran el área antes de las operaciones.
Organizaciones y ONG con presencia en Yemen, como Mwatana for Human Rights, han documentado previamente daños en instalaciones portuarias y han pedido en otras ocasiones investigaciones independientes sobre ataques a infraestructura civil y de servicios básicos en Hodeidah. Grupos como Human Rights Watch han advertido históricamente que ataques a puertos vitales pueden agravar la crisis humanitaria y podrían constituir infracciones al derecho internacional humanitario si no se protege a la población civil.
A diferencia de los boletines oficiales y de los medios afiliados a las partes, las fuentes internacionales y las ONG independientes aún no proporcionan cifras verificadas de víctimas civiles relacionadas con este ataque concreto; varios reportes señalan incendios y pánico entre trabajadores portuarios, pero la confirmación independiente sobre muertos o heridos sigue pendiente. Organismos internacionales recuerdan además que la opacidad de información en zonas controladas por los hutíes dificulta la corroboración inmediata.
El golpe al puerto de Hodeidah podría afectar la entrada de ayuda humanitaria y la operatividad logística en el noroeste de Yemen, región que depende en gran medida de ese enclave para el suministro de alimentos y combustibles. ONG y agencias de la ONU han sentado siempre la alarma sobre el impacto de daños a infraestructuras portuarias en la seguridad alimentaria de millones de yemeníes; por ello, actores humanitarios llaman a garantizar corredores seguros y evaluar el daño a instalaciones críticas.
En Sanaa y en Aden, la reacción política fue inmediata: los hutíes denunciaron el ataque como una “agresión” y anunciaron la activación de sus defensas antiaéreas; gobiernos y diplomacias regionales y globales siguen el episodio con preocupación por el riesgo de una escalada regional tras semanas de confrontaciones entre Israel y grupos armados aliados de Irán. La comunidad internacional, incluidas agencias humanitarias, urge contención y verificación independiente de los hechos.
Fuentes independientes y organizaciones de derechos humanos han pedido una investigación internacional imparcial sobre los ataques a infraestructuras portuarias en Yemen, argumentando que es fundamental determinar si se respetaron las normas de distinción y proporcionalidad y si se tomaron precauciones para proteger a la población civil. Mwatana y HRW han documentado ataques previos al puerto y exigen transparencia y acceso de monitoreo.