Caracas, 25 de agosto de 2025.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció este domingo el ascenso del embajador venezolano en Colombia, Carlos Martínez, al rango de general de división en situación de reserva activa dentro de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), en el marco de una ofensiva militar y policial denominada “Operación Binacional de Soberanía, Paz y Seguridad Absoluta”.
“He decidido y procedo a ascenderlo a general de división de la FANB en situación de reserva activa”, expresó Maduro durante una transmisión difundida a través de su cuenta oficial de Telegram, donde se le ve dialogando con Martínez, quien portaba uniforme militar. El anuncio fue acompañado por imágenes de una jornada de planificación estratégica en la que participaron la vicepresidenta Delcy Rodríguez, el ministro de Defensa Vladimir Padrino López, el ministro del Interior Diosdado Cabello y otros altos funcionarios.
El mandatario explicó que esta operación especial, de la que no brindó detalles operativos, iniciará una “nueva fase de refuerzo” en los estados fronterizos de Zulia, Apure, Táchira y Amazonas, en coordinación con fuerzas militares y policiales colombianas. Maduro sostuvo que hay una “plena coordinación binacional” en la región limítrofe.
Contexto de tensión regional
Este movimiento se produce en un momento de alta tensión entre Caracas y Washington, tras el anuncio de maniobras militares estadounidenses en el Caribe para intensificar su lucha contra el narcotráfico. La Administración de Control de Drogas (DEA) acusó recientemente al gobierno venezolano de colaborar con grupos guerrilleros colombianos como el ELN, supuestamente para exportar “cantidades récord de cocaína” hacia carteles mexicanos y, posteriormente, a EE.UU.
El director de la DEA, Terry Cole, denunció que el gobierno de Maduro protege rutas del narcotráfico en complicidad con actores irregulares. Por su parte, la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, advirtió el viernes que Estados Unidos está preparado para "usar todo su poder" para frenar el flujo de drogas, lo que incluiría el despliegue de buques y tropas en aguas próximas a Venezuela.
En respuesta, Maduro activó durante el fin de semana una jornada nacional de alistamiento de milicianos como medida preventiva ante lo que califica como “amenazas externas” y una política de “acoso imperial”.
El comandante estratégico operacional de la FANB, Domingo Hernández Lárez, informó que, en lo que va de 2025, las fuerzas venezolanas han destruido más de diez campamentos vinculados a grupos “tancol”, acrónimo creado por el gobierno para referirse a “terroristas armados narcotraficantes colombianos”.
¿Reacomodo diplomático-militar?
El ascenso de Carlos Martínez, hasta ahora figura diplomática, al más alto nivel del estamento militar en condición de reserva, podría interpretarse como parte de una estrategia de Maduro para fusionar las esferas política, diplomática y militar en un contexto de creciente presión externa y despliegue de fuerzas en la frontera. El gesto también fortalece la narrativa de “unidad cívico-militar” promovida por el chavismo desde hace más de una década.
La operación binacional —aunque no ha sido confirmada oficialmente por Colombia— marca una nueva etapa en la cooperación entre Caracas y Bogotá, en un momento en que ambos gobiernos han mostrado una renovada disposición a mantener relaciones fluidas tras años de tensiones.
En medio de este escenario geopolítico, las maniobras de Estados Unidos y la ofensiva fronteriza de Venezuela abren un nuevo capítulo en la disputa de influencia regional en el Caribe y América del Sur.