Caracas, 14 de agosto de 2025. — El gobierno de Venezuela y la cúpula chavista reaccionaron con férrea defensa al anuncio de Estados Unidos de duplicar a 50 millones de dólares la recompensa por información que permita capturar al presidente Nicolás Maduro, acusado por Washington de liderar el llamado Cartel de los Soles.
La medida, acompañada de la incautación de 700 millones de dólares en activos del mandatario, provocó una cadena de pronunciamientos de respaldo desde todos los poderes públicos y las fuerzas de seguridad. En una transmisión nacional, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, junto a cuerpos de inteligencia y policía, ratificó su lealtad.
El ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, calificó la acusación como “una inmoralidad” y negó cualquier vínculo de Maduro con el narcotráfico, mientras el canciller Yván Gil la definió como “una operación de propaganda política” y “la cortina de humo más ridícula que hemos visto”.
El dirigente oficialista Diosdado Cabello denunció el desmantelamiento de supuestas “células terroristas” en Caracas y Maturín, que, según él, estarían vinculadas a la opositora María Corina Machado y al excomisario Iván Simonovis. Entre los planes atribuidos a estos grupos mencionó un intento de colocar un explosivo en un monumento céntrico de la capital. Cabello advirtió con tono severo: “Lo único que va a pasar es que los vamos a joder”.
Por su parte, Machado, en la clandestinidad, agradeció al expresidente Donald Trump el incremento de la recompensa y afirmó que la presión internacional acelerará la salida de Maduro del poder, un escenario que analistas consideran aún improbable.
Tras tres días sin pronunciarse, Maduro respondió en su programa de televisión: “Soy un hombre de paz. Dejen quieto al que está quieto. No se atrevan, porque la respuesta puede ser el inicio del final del imperio norteamericano”.