Tegucigalpa, Honduras. A menos de cinco meses de las elecciones generales programadas para el 30 de noviembre, el clima electoral en Honduras se ve empañado por una ola de ataques sistemáticos, desinformación y sabotajes al proceso institucional. De forma cada vez más visible, el partido oficialista Libertad y Refundación (Libre) ha sido señalado como el principal promotor de una campaña digital agresiva, en la que se estaría utilizando inteligencia artificial (IA) para denigrar a oponentes políticos, manipular narrativas y sembrar caos informativo.
Según fuentes ligadas al monitoreo de redes y al propio Consejo Nacional Electoral (CNE), se han detectado múltiples contenidos generados o modificados con tecnología de IA —incluyendo audios falsificados, imágenes alteradas y videos manipulados— cuyo objetivo es desacreditar a líderes de la oposición, periodistas críticos e incluso a funcionarios del mismo órgano electoral.
Más allá de los ataques personales, esta estrategia incluye la divulgación masiva de datos privados, rumores infundados y discursos de odio, todo ello acompañado de actos en el terreno que buscan paralizar o desestabilizar el cronograma electoral. El 7 de julio, por ejemplo, simpatizantes de Libre impidieron el ingreso de oferentes al CNE para el proceso de licitación del sistema TREP, dejando en pausa una etapa clave del proceso electoral.
Distintas voces del ámbito político y social han comenzado a alzar la voz ante esta situación. Desde sectores de oposición hasta representantes de organismos de derechos humanos, se denuncia un patrón sistemático de sabotaje y manipulación promovido desde el poder, con la intención de deslegitimar el proceso y condicionar los resultados.
“Están utilizando las mismas tácticas del fraude de 2013 y 2017, pero ahora con tecnología más avanzada”, advirtió un analista político que pidió el anonimato por seguridad. “Y lo más grave es que buscan generar un clima de miedo y confusión que prepare el terreno para desconocer el resultado electoral si no les favorece”.
El uso de inteligencia artificial en campañas políticas no es exclusivo de Honduras, pero su empleo con fines de desinformación y ataque sistemático representa un riesgo serio para la democracia. En un país con instituciones frágiles y antecedentes de crisis poselectorales, los expertos coinciden en que se requiere una acción urgente para frenar la guerra sucia y garantizar que las elecciones del 30 de noviembre se realicen en un ambiente de respeto, transparencia y legalidad.