La Administración del presidente Donald Trump anunció este jueves un nuevo paquete de sanciones dirigidas contra la llamada “flota fantasma” de Irán, una red de buques utilizada para evadir restricciones internacionales y mantener a flote las exportaciones de petróleo del régimen iraní.

Las medidas alcanzan a 29 embarcaciones y a sus respectivas empresas gestoras, en un esfuerzo por privar a Teherán de los recursos financieros que, según Washington, alimentan sus programas militares y el desarrollo de armamento estratégico.

Desde el Departamento del Tesoro, el subsecretario para Terrorismo e Inteligencia Financiera, John K. Hurley, reiteró que la postura del mandatario estadounidense se mantiene firme y que Estados Unidos no permitirá que Irán llegue a poseer un arma nuclear.

Como parte del anuncio, la Oficina de Control de Activos Extranjeros sancionó al empresario egipcio Hatem Elsaid Farid Ibrahim Sakr, señalado como una figura clave en la red de compañías y buques que facilitan el comercio petrolero iraní, varias de ellas con operaciones en Emiratos Árabes Unidos.

Las autoridades estadounidenses subrayaron que, desde el inicio del actual mandato de Trump, más de 180 buques han sido sancionados por su participación en el transporte de crudo y derivados de origen iraní, elevando los costos operativos y reduciendo los ingresos por cada barril exportado.

Según el Tesoro, esta estrategia ha logrado complicar significativamente las rutas logísticas utilizadas por Irán, forzando a los intermediarios a recurrir a esquemas cada vez más costosos y arriesgados para mantener el flujo de petróleo en los mercados internacionales.

El nuevo paquete incluye embarcaciones registradas bajo banderas de conveniencia como Panamá, Palau, Islas Cook y Barbados, una práctica habitual en estas redes para ocultar la propiedad real de los buques y el origen de la carga.

Los barcos sancionados pertenecen a empresas con sedes en diversas jurisdicciones, entre ellas Islas Vírgenes Británicas, India, Liberia e Islas Marshall, lo que evidencia el carácter transnacional de las operaciones destinadas a eludir las sanciones.

Por su parte, el Departamento de Estado reafirmó que Washington continuará aplicando medidas de máxima presión contra Teherán y advirtió que no dudará en emplear todas las herramientas disponibles para contrarrestar el comercio ilícito de petróleo iraní.

Las sanciones se enmarcan en una estrategia más amplia de Estados Unidos para aislar económicamente a Irán, limitar su capacidad de financiamiento externo y enviar un mensaje claro a quienes facilitan o se benefician de estas operaciones al margen de la ley.