El General de División Roosevelt Hernández hizo oficial la entrega de la Jefatura del Estado Mayor Conjunto al General de Brigada Héctor Valerio, en un acto que reunió a autoridades militares, policiales y civiles. La ceremonia, cargada de formalidad y solemnidad, marcó un hito en la continuidad institucional de las Fuerzas Armadas de Honduras.

En su discurso de despedida, Hernández destacó los logros alcanzados durante su gestión, enfatizando los avances en la lucha contra el crimen organizado y el contrabando de mercancías, así como la reducción de la delincuencia común en todo el territorio nacional.

El alto jerarca subrayó que su administración contribuyó a disminuir la tasa de homicidios, apoyando de manera coordinada a la Policía Nacional, al Ministerio Público y a la Corte Suprema de Justicia. “Hemos trabajado para garantizar seguridad y justicia a las familias hondureñas”, expresó.

En el combate contra el narcotráfico, Hernández resaltó la erradicación de plantaciones de marihuana y hoja de coca, así como la incautación de más de 21 toneladas de cocaína en el sector del Mar Caribe, lo que calificó como uno de los logros más significativos de su período.

Una de las estrategias más destacadas fue el fortalecimiento del llamado “escudo soberano”, mediante la implementación de movilidad con motocicletas, con aproximadamente 60 unidades patrullando la región de La Mosquita, permitiendo a las tropas cubrir mayor territorio en menor tiempo y reaccionar con mayor eficiencia ante incidentes.

Además, el General señaló que se mantiene de manera permanente una embarcación en cada ingreso pluvial desde el mar hacia las zonas interiores, con el objetivo de proteger a las comunidades hondureñas de la llegada de drogas y otras actividades ilícitas.

Hernández enfatizó la cooperación estrecha con la Policía Nacional, la Dirección de Lucha Contra el Narcotráfico y la Agencia Técnica de Investigación Criminal, destacando que las operaciones conjuntas han generado resultados positivos en materia de seguridad y control territorial.

Otro de los avances fue la instalación de dos radares estratégicos para la vigilancia del espacio marítimo y aéreo. Uno de ellos se encuentra en la Base Naval de Castilla y el otro, construido con la colaboración de ingenieros militares y civiles, estará ubicado en la Base Naval de Caratasca para detectar aeronaves a una distancia aproximada de 100 kilómetros.

El General de Brigada Héctor Valerio asumió el mando con la promesa de continuar las políticas de seguridad implementadas, reforzando la cooperación interinstitucional y manteniendo el compromiso de proteger a la población hondureña de amenazas internas y externas.

La ceremonia concluyó con un mensaje de unidad y compromiso, resaltando la importancia de la transición ordenada y la continuidad institucional dentro de las Fuerzas Armadas, pilares esenciales para la estabilidad y la seguridad de Honduras.