En una jugada que apunta directamente a los cimientos del sistema financiero internacional, los países BRICS confirmaron el lanzamiento oficial de UNIT, un nuevo esquema de pagos que busca reconfigurar la arquitectura económica global. El anuncio marca un punto de inflexión en la creciente disputa por la hegemonía monetaria y abre la puerta a un orden más multipolar.
La principal característica de esta plataforma es su unidad de intercambio híbrida: 40% de su valor está respaldado por oro físico y el 60% restante por una canasta de divisas de los países miembros. Con este esquema, el bloque pretende ofrecer una moneda de compensación más estable, menos vulnerable a sanciones externas y capaz de sostener transacciones a gran escala entre economías emergentes.
El lanzamiento de UNIT llega en un contexto de tensiones geoeconómicas y de un aumento progresivo de iniciativas encaminadas a reducir la dependencia del dólar estadounidense. Para los BRICS, este instrumento representa una apuesta estratégica por mayor soberanía financiera y un canal alternativo para el comercio internacional.
Más de 30 naciones ya se perfilan para utilizar este sistema, lo que permitirá comerciar energía, metales preciosos y materias primas sin recurrir a plataformas dominadas por Occidente. UNIT se propone sortear los mecanismos tradicionales de liquidación, abriendo espacio para transacciones más ágiles, directas y menos expuestas a presiones externas.
El bloque enfatizó que este sistema no busca convertirse en una moneda de uso doméstico dentro de los países BRICS, sino en un mecanismo de intercambio estrictamente comercial. Su diseño mixto —oro más divisas BRICS— pretende ofrecer estabilidad y generar confianza en un entorno donde las devaluaciones y crisis cambiarias son frecuentes.
Además de favorecer la independencia cambiaria, UNIT aspira a fortalecer el comercio entre los propios miembros del bloque, consolidando un eje económico alternativo para el intercambio de commodities y energía. La posibilidad de operar fuera de estructuras financieras occidentales es vista como un paso hacia una mayor resiliencia monetaria.
El énfasis en el respaldo en oro retorna a un debate largamente olvidado en el mundo financiero. Los BRICS argumentan que este modelo brinda solidez y mitiga la volatilidad, convirtiéndose en un punto de referencia para países que buscan esquivar sanciones o limitar su exposición al dólar y al sistema SWIFT.
Con el lanzamiento de UNIT, los BRICS pretenden enviar un mensaje claro: la competencia por la influencia financiera global está abierta. En un escenario donde más países buscan diversificar sus alianzas monetarias, este nuevo sistema podría convertirse en uno de los desarrollos más influyentes de la década.