La ciudad de Ternópil amaneció entre escombros, humo y edificios calcinados tras uno de los bombardeos rusos más mortíferos registrados recientemente en el oeste de Ucrania. Las autoridades informaron que al menos 25 personas, incluidos tres niños, murieron en el ataque y 73 resultaron heridas, en un episodio que vuelve a recrudecer la ofensiva contra zonas urbanas ucranianas a las puertas del invierno.
Mientras las imágenes de viviendas destruidas y ventanas reventadas circulaban en redes sociales, el presidente Volodimir Zelenski llegaba a Turquía para reunirse con su homólogo Recep Tayyip Erdogan. Su misión: revitalizar un proceso de paz estancado y persuadir a Estados Unidos de reinsertarse en las negociaciones para poner fin a la guerra iniciada en 2022.
El ministro de Relaciones Exteriores, Andrii Sibiga, confirmó que los misiles golpearon dos bloques residenciales en Ternópil y calificó el ataque como parte de una estrategia creciente de Moscú contra la infraestructura energética ucraniana. En fotografías oficiales se observan incendios descomunales que iluminan los interiores destruidos de los edificios afectados.
Las autoridades locales lanzaron una alerta adicional por el aumento del nivel de cloro en el aire, que —según reportes municipales— se multiplicó por seis debido a los incendios. En consecuencia, pidieron a los habitantes que permanecieran en sus casas y mantuvieran las ventanas cerradas para evitar intoxicaciones.
La fuerza aérea ucraniana detalló que durante la ofensiva Rusia lanzó más de 476 drones y 48 misiles, de los cuales 442 drones y 41 misiles fueron interceptados. Sin embargo, la magnitud del ataque dejó al descubierto la persistencia y la capacidad destructiva de la campaña aérea rusa en varias regiones del país, incluida Járkov, donde se registraron al menos 46 heridos.
Previo a sus conversaciones en Ankara, Zelenski reiteró que occidente debe incrementar la presión contra el Kremlin. “Cada ataque descarado contra la ciudadanía demuestra que la presión sobre Rusia es insuficiente”, afirmó, insistiendo en que la única vía para frenar la escalada es reforzar las sanciones y el apoyo militar.
Un alto funcionario ucraniano, citado por AFP, indicó que el objetivo de la visita es que Washington “se reincorpore plenamente” a las iniciativas para reactivar el diálogo diplomático suspendido desde hace meses. Zelenski aseguró un día antes que su viaje a Turquía servirá para “reactivar” las conversaciones de paz congeladas.
El ataque en Ternópil y la tragedia humana que dejó a su paso vuelven a subrayar la urgencia de una salida negociada, al tiempo que Ucrania intenta mantener a flote su infraestructura crítica en un invierno que ya comienza a sentirse y con una campaña rusa que muestra signos de intensificación.