Salvador Nasralla, candidato presidencial por el Partido Liberal de Honduras, rompió este día cualquier lectura de cercanía con el Partido Libertad y Refundación (Libre), al afirmar de forma categórica que no mantiene ninguna relación con esa fuerza política y que ya fue engañado en el pasado, por lo que ese capítulo, aseguró, está completamente cerrado.
El aspirante liberal reaccionó también a versiones que lo vinculan con llamados a movilizaciones en las calles y respondió con una pregunta directa: “¿Quién está convocando gente a las calles?”, dejando claro que no ha impulsado ni respaldado acciones de ese tipo, en contraste con el clima de tensión que atraviesa el país tras el proceso electoral.
Nasralla subrayó que si sectores de Libre dicen estar a favor suyo, esa no es una responsabilidad que le corresponda asumir, y recordó que desde hace más de quince años cuenta con el respaldo de millones de hondureños, un apoyo que, dijo, trasciende partidos y coyunturas políticas.
En relación con las declaraciones del presidente del Consejo Central Ejecutivo del Partido Liberal (CCEPL), Roberto Contreras, quien ha desautorizado convocatorias a protestas, Nasralla fue enfático en señalar que las decisiones estratégicas y políticas corresponden exclusivamente a los órganos del partido y que será el CCEPL quien determine el rumbo a seguir.
El candidato liberal planteó el actual escenario como una confrontación de fondo entre la ciudadanía y el crimen organizado, al asegurar que mientras millones de hondureños desean un cambio real en la conducción del país, existen estructuras que buscan el retorno de quienes, según afirmó, saquearon el Estado entre 2010 y 2022.
En una declaración especialmente dura, Nasralla dijo entender que haya sectores que prefieran figuras asociadas al pasado reciente, mencionando al expresidente Juan Orlando Hernández y a su entorno político, pero insistió en que la decisión final no será de esos grupos, sino de las instancias formales del Partido Liberal.
El presidenciable rechazó además la narrativa de una supuesta fractura interna dentro del liberalismo, asegurando que no existe división como tal, sino intereses particulares de dirigentes que, al mismo tiempo, aspiran a cargos como el Parlamento Centroamericano o detentan posiciones de poder dentro del partido.
Nasralla concluyó reafirmando que su candidatura se sostiene en el respaldo ciudadano y en la institucionalidad partidaria, y que cualquier paso que se dé en el actual contexto político será definido por los órganos del Partido Liberal, no por presiones externas ni por agendas ajenas a su proyecto.
