El candidato presidencial del Partido Liberal de Honduras, Salvador Nasralla, lanzó este miércoles una nueva y contundente declaración sobre la crisis postelectoral. En un mensaje público, afirmó que el pueblo hondureño ya tomó su decisión en las urnas y que esta favoreció al Partido Liberal, pese a los intentos por imponer un resultado distinto.
Nasralla recordó episodios pasados para contextualizar la gravedad del momento. “En 2017 fuimos víctima por segunda vez de un robo contra la voluntad popular, lo cual ocurrió por primera vez en 2013”, señaló, apuntando directamente al Partido Nacional como responsable de ambos hechos. Según él, esas irregularidades generaron incluso mayor emigración hacia Estados Unidos durante la administración de Donald Trump.
El líder liberal sostuvo que la situación de 2025 replica los patrones de manipulación denunciados en elecciones anteriores. Aseguró que el país entero conoce quién ganó la presidencia y que quienes se oponen a reconocer ese triunfo temen la llegada de un gobierno “de manos limpias” que, según sus palabras, afectaría “negocios turbios” que moverían alrededor de 3.500 millones de dólares anuales, citando declaraciones de Ricardo Zúñiga del Departamento de Estado de EE. UU.
Nasralla enfatizó que las pruebas de fraude son amplias y verificables. Afirmó que 19,159 de las 19,167 actas habrían sido “violadas” y que esa situación fue documentada mediante las actas originales y validada científicamente por el equipo técnico del Partido Liberal.
En su mensaje, también recordó que las cuestionadas elecciones de 2017 fueron calificadas como irregulares a nivel internacional, mencionando incluso que el actual presidente de El Salvador, Nayib Bukele, expresó públicamente en aquel entonces su preocupación por la credibilidad del proceso hondureño.
El aspirante presidencial sostuvo que este nuevo episodio coloca otra vez a Honduras en el centro de la atención regional. Reiteró que aceptar un resultado supuestamente alterado sería perpetuar un ciclo de impunidad que “mantiene al país en pobreza e inseguridad”.
Ante este panorama, Nasralla exigió un recuento total de votos, realizado “con computadoras o manualmente”, pero sin utilizar el sistema de la empresa ASD, a la que calificó como “corrupta”. Pidió específicamente la supervisión de organismos como la Misión de Observación Electoral de la Unión Europea, la OEA y autoridades estadounidenses.
Finalmente, instó a todas las partes a permitir un escrutinio transparente y verificable. Sostuvo que solo un conteo completo garantizará estabilidad, legitimidad y respeto a la voluntad popular en un momento crítico para la democracia hondureña.