Grand Blanc, Michigan – La tranquilidad dominical de esta localidad se rompió abruptamente cuando un hombre armado irrumpió en la Iglesia de los Santos de los Últimos Días y abrió fuego contra los presentes. El ataque dejó varias personas heridas antes de que las autoridades respondieran y abatieran al agresor.

Minutos después del tiroteo, un incendio se desató en el templo, lo que obligó a las autoridades a desplegar un amplio operativo de emergencia. La policía instó a los vecinos a evitar el área y a resguardarse en lugares seguros, mientras equipos de bomberos intentaban sofocar las llamas.

El Departamento de Policía de Grand Blanc confirmó que “hubo un tirador activo en la iglesia” y aseguró que “el agresor fue neutralizado”, subrayando que no existe una amenaza adicional para la población.

Los heridos fueron trasladados a hospitales cercanos, aunque por el momento no se ha precisado el número exacto de víctimas ni su estado de salud. Testigos relataron escenas de pánico mientras los feligreses intentaban protegerse durante los disparos.

El ataque ocurre en un contexto de creciente preocupación por la violencia armada en Estados Unidos, donde los templos religiosos se han convertido en blanco de ataques en los últimos años, desde sinagogas hasta iglesias cristianas y templos sikh.

Líderes comunitarios de Grand Blanc expresaron consternación ante lo sucedido y señalaron la necesidad de fortalecer las medidas de seguridad en los lugares de reunión pública. “Es un día de dolor para nuestra comunidad, pero también un llamado a la reflexión”, expresó un portavoz religioso.

Las autoridades federales y locales investigan los motivos detrás del tiroteo y no descartan que se trate de un hecho aislado. Sin embargo, el incidente vuelve a poner sobre la mesa la vulnerabilidad de espacios considerados seguros y el debate político en torno al control de armas en el país.