La oposición nicaragüense y defensores de derechos humanos advirtieron este domingo que las prisiones del régimen Ortega-Murillo se han convertido en “centros de exterminio” de quienes piensan diferente.

El señalamiento se dio tras la muerte bajo custodia estatal del abogado Carlos Cárdenas Zepeda, detenido hace quince días, y del opositor Mauricio Alonso, cuyo cuerpo fue entregado a su familia tras un mes de arresto.

“Estos no son casos aislados, sino parte de una política sistemática de desaparición forzada, tortura y exterminio silencioso”, afirmaron en un comunicado el Colectivo Nicaragua Nunca Más y otras organizaciones.

Las denuncias indican que al menos 33 presos políticos se encuentran en situación de desaparición forzada, entre ellos 11 mujeres, mientras familiares enfrentan hostigamiento al exigir información.

La oposición agrupada en la Plataforma de Unidad por la Democracia denunció que el aparato estatal se ha convertido en una “maquinaria de muerte” y exigió la liberación inmediata de todos los presos políticos, así como protección internacional urgente.