El Gabinete de Seguridad de Israel aprobó este jueves el controvertido plan del primer ministro Benjamin Netanyahu para ocupar militarmente Ciudad de Gaza, un salto significativo en su estrategia contra Hamás. Esto ocurre pese a la resistencia expresada por el jefe del Estado Mayor, el general Eyal Zamir, quien advirtió sobre los riesgos tácticos, humanitarios y militares de una operación de tal magnitud.

Zamir alertó al gobierno que las fuerzas no están preparadas, que el desgaste es alto, y que acercamientos prolongados podrían poner en peligro a los rehenes aún en cautiverio. Además, estimó que sería necesaria la movilización de aproximadamente 200,000 reservistas para mantener control sobre toda la Franja.

Tras una reunión de más de diez horas, el gabinete aprobó los cinco principios de la ofensiva: desarmar a Hamás, desmilitarizar Gaza, ejercer control de seguridad, establecer una administración civil alternativa, y la liberación de rehenes.

Se contempla evacuar hasta un millón de palestinos hacia el sur del enclave, principalmente a la zona de Al-Mawasi, antes de iniciar la ofensiva programada para el 7 de octubre.

Esta ocupación, que podría comenzar como una intervención limitada en Ciudad de Gaza pero escalar a una campaña más amplia, implicaría un conflicto prolongado: el ejército estima que una ocupación total requeriría al menos seis divisiones y podría extenderse hasta 2026 o 2027.

La respuesta internacional fue inmediata. El secretario general de la ONU calificó el plan como una "peligrosa escalada", denunciándose violaciones al derecho internacional y mayores riesgos humanitarios para los 800,000 a un millón de civiles que aún habitan en Ciudad de Gaza.