22 de junio de 2025 | Redacción Internacional

Diversos gobiernos y organizaciones internacionales han expresado su profunda preocupación tras los ataques lanzados por Estados Unidos e Israel contra tres instalaciones nucleares en Irán. La ofensiva, confirmada por el propio presidente Donald Trump como un “éxito militar”, ha sido calificada por varios actores globales como una “traición a la diplomacia” y un retroceso peligroso en los esfuerzos multilaterales por estabilizar el Medio Oriente.

Naciones Unidas, a través de su secretario general António Guterres, emitió un comunicado urgente en el que lamenta el colapso de las vías diplomáticas y llamó a todas las partes a ejercer la máxima contención. “El uso de la fuerza en estas circunstancias puede tener consecuencias duraderas que afectarán la seguridad global por generaciones”, advirtió. La Unión Europea, por su parte, convocó a una reunión de emergencia del Consejo de Asuntos Exteriores para evaluar las posibles repercusiones y redefinir su postura ante la creciente tensión.

En América Latina, gobiernos como los de Brasil, México y Argentina también se pronunciaron. Si bien evitaron tomar partido directo, hicieron un llamado a preservar la paz regional y criticaron el uso desproporcionado de la fuerza. En tanto, China y Rusia condenaron abiertamente la operación militar, acusando a Washington de sabotear deliberadamente los avances que se habían logrado en las negociaciones nucleares con Teherán.

La comunidad internacional está a la expectativa de la respuesta oficial del gobierno iraní, que hasta ahora ha mantenido un tono reservado, aunque ha prometido que “todas las opciones están sobre la mesa”. Analistas advierten que Irán podría optar por represalias selectivas en el Golfo Pérsico o intensificar sus alianzas regionales con grupos armados en Siria, Irak y Líbano, lo que podría escalar el conflicto a una guerra de mayor alcance.

Mientras tanto, miles de personas en distintas ciudades del mundo han salido a las calles a manifestarse en contra de la escalada bélica. Desde Nueva York hasta Estambul, se repiten consignas a favor de la paz y el diálogo, mientras los mercados financieros reaccionan con nerviosismo ante el temor de una crisis energética global. En medio de esta creciente incertidumbre, la comunidad internacional enfrenta el desafío de evitar que la región se precipite hacia un conflicto irreversible. ER