El Distrito Central amaneció con una noticia alentadora: el agua dejó de ser un negocio gravoso para los capitalinos. Según la Unidad Municipal de Agua Potable y Saneamiento (UMAPS), las lluvias recientes y las labores constantes de mantenimiento han permitido que la represa La Concepción alcance su máxima capacidad de almacenamiento. Esto garantiza un fortalecimiento en el suministro para la ciudad en los próximos meses.
El anuncio oficial indica que La Concepción está al 100 % de su capacidad, lo cual implica que el agua ha llegado al borde del embalse y podría comenzar a rebasarse, elevando el caudal del río Choluteca. La represa dispone de una capacidad de almacenamiento de 32.34 millones de metros cúbicos. En días anteriores, este nivel no se había registrado.
Por su parte, la represa Los Laureles muestra avances significativos: se reporta que está al 73 % de su capacidad, una cifra que mitiga las preocupaciones por sequía que venía enfrentando el sistema hídrico del área metropolitana.
La capacidad total de Los Laureles es de 17.50 millones de metros cúbicos, volumen que está siendo aprovechado con el aumento de las precipitaciones.
La recuperación en los embalses es atribuida a la normalización de las lluvias en la capital y al monitoreo permanente por parte de UMAPS. En años recientes, La Concepción no había logrado llenarse completamente, incluso durante temporadas lluviosas consecutivas.
En redes sociales, UMAPS informó también que el rebose de La Concepción puede estar alcanzando un caudal de 9.4 m³/s, lo que subraya la necesidad de vigilancia constante frente a posibles desbordes.
Aunque la situación pinta favorable, expertos habían advertido previamente la necesidad de activar trasvases entre embalses: se sugería bombear agua de Los Laureles hacia La Concepción para equilibrar los niveles, debido a que Los Laureles había comenzado a rebosar en episodios lluviosos.
De cara al futuro, UMAPS y las autoridades municipales deberán mantenerse vigilantes, especialmente en zonas vulnerables a inundaciones o saturación del suelo. La coordinación con comités locales de agua y comunidades será clave para aprovechar el excedente sin provocar daños.