En medio de la reciente designación de Honduras por parte de Estados Unidos como uno de los países que menos colabora en el combate al narcotráfico, el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, General de División Roosevelt Hernández, respondió con un mensaje directo: el crimen organizado se siente presionado por la acción militar, especialmente en este año electoral.
El señalamiento de la fiscal estadounidense Pamela Bondi, que colocó a Honduras en el centro del escrutinio internacional, sirve como telón de fondo para los operativos que las Fuerzas Armadas mantienen a lo largo de la costa atlántica y en zonas estratégicas del país. Hernández asegura que estos despliegues buscan cerrar las rutas utilizadas por el narcotráfico, ya sea por tierra, aire o mar.
En entrevista, Hernández afirmó que la narcoactividad se ha visto obligada a modificar sus métodos de operación. Con el control de las rutas terrestres, los grupos criminales recurren ahora al tránsito marítimo, pero Honduras —con apoyo estadounidense— ha reforzado su capacidad naval con unidades especiales capaces de reaccionar con mayor eficacia.
El oficial recalcó que la coordinación con Estados Unidos ha sido determinante. A través de alertas sobre movimientos aéreos y marítimos, el país ha podido anticiparse a las actividades ilícitas. Esta colaboración operativa se fortalece con la invitación hecha a Honduras para asumir la presidencia pro tempore de la Conferencia de los Ejércitos Americanos.
El jefe militar también reconoció que el crimen organizado apunta sus ataques hacia las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional y el Ministerio Público. Pese a ello, insistió en que Honduras forma parte de un bloque regional junto a Estados Unidos, México, Guatemala, Centroamérica y países suramericanos para enfrentar una amenaza que trasciende fronteras.
“Este es un año electoral y los narcotraficantes necesitan dinero para tentar a candidatos en todos los niveles”, advirtió Hernández, subrayando la intención de los grupos criminales de influir en la política nacional a través de recursos ilícitos.
La respuesta militar, aseguró, se mantiene de forma ininterrumpida, con operaciones las 24 horas en desembocaduras de ríos, bocanas y corredores marítimos que tradicionalmente han servido como puntos de tránsito de drogas hacia el norte.
Finalmente, Hernández llamó a la sociedad a no dejarse intimidar por los nombres que puedan salir a la luz en los procesos judiciales. “Actuemos con inteligencia y no con falacias. La justicia de Estados Unidos puede fortalecer también nuestra justicia”, concluyó.